LA CINEMATOGRAFÍA ARGENTINA. SUS ORIGENES (1897)

En diciembre de 1817 desembarcó en nuestro país el norteamericano ANTONIO KING, el primero en brindar una función con proyección de imágenes estáticas, primitiva forma de ver cine en estas tierras.

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En realidad faltaban todavía muchos años para que el cinematógrafo comenzara a existir, pero ya se había inventado un aparato llamado “Kinescopio” (popularmente conocido como la “Linterna Mágica»), formado por dos lentes que permitían proyectar imágenes estáticas sobre una pantalla.

King recorrió el pais haciendo sus exhibiciones y debe de haber tenido mucho éxito porque, con sus socios, pasaron varios años explotando su negocio con su «Linterna Mágica».

Nace el cine en Francia
En 1894, en Francia, los hermanos Augusto y Luis Lumière, basándose en un “Kinescopio” que les había traído su pafre, idearon un sistema que les permitía captar imágenes en movimiento para proyectarlas luego en una pantalla.

El 13 de febrero de 1895, patentaron su invención y el 22 de marzo de 1895 proyectaron para unos 40 sorprendidos espectadores, la que fue la primera película en la historia de la Cinematografía mundial. Se llama “Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir” y fue presentada, en una sesión de la “Societé d’Encouragement a l’Industrie Nacional” en Paris.

Luego de proyectar su película ante diversas entidades científicas de Francia, los hermanos Lumière decidieron realizar la primera exhibición cobrando entrada. El 28 de diciembre de 1895, el “Salón Indien du Grand Café, resultó chico para recibir a una multitud que se disputaba un lugar para ingresar y así nació la cinematografía en el mundo.

Primera función de cine en la Argentina 1896
Poco tiempo pasó para que el invento de los hermanos Lumière llegara a estas tierras. En julio de 1896, en el cine Teatro Odeón (actual calle Esmeralda, casi Corrientes de la ciudad de Buenos Aires), se realizó la primera proyección pública de una película de largo metrajes en el país, estando presentes ENRIQUE LEPAGE (dueño de una empresa que se dedicaba a importar material fotográfico) MAX GLÜCKSMANN y el francés EUGENIO PY que trabajaban con él.

Era un día terriblemente frío en Buenos Aires, sin embargo gran cantidad de público se hizo presente en el Teatro Odeón, donde debutaba una compañía de zarzuela cómica y en el entreacto se iba a proyectar unas películas («una novedosa maravilla de la técnica», decían los anuncios), filmadas por los hermanos Lumière.

El Teatro era propiedad de los empresarios españoles FRANCISCO PASTOR y EUSTAQUIO PELLICER y era este último el que oficiaba de operador proyeccionista. Las películas eran las mismas que habían filmado y estrenado los Lumière: una serie de documentales que reflejaban hechos de la vida cotidiana: “El Taller de Herrería”, “Niños en el jardín de las Tullerías”, “La salida de operarios de una Fábrica” y “Llegada de un tren a la estación”, entre otras.

Como había sucedido en las funciones de París, la escena de la llegada del tren provocó pánico entre los espectadores. La locomotora se aproximaba desde el horizonte e iba creciendo a medida que se acercaba a la estación. Parecía que el enorme monstruo terminaría saliendo de la pantalla para caer sobre el público. Un hombre que se encontraba en la tertulia alta sufrió tal impresión que se arrojó sobre la platea, por suerte solo le costó algunos golpes.

Al día siguiente todos los diarios de Buenos Aires comentaban la presentación. La Nación hablaba de la sorprendente ilusión óptica y solo lamentaba algunos desperfectos que perjudicaban las películas. Pero todavía ni el público ni la prensa sospechaban que aquel ingenioso aparato sería el origen del arte fundamental del siglo XX y de una poderosa industria.

La primera película filmada en la Argentina (1897)
En 1897, EUGENIO PY produjo la que fue la primera película filmada en la República Argentina. Tiene solo 17 metros de longitud. Se llama “La Bandera argentina” y dura solamente 3 minutos, mostrando la Bandera Argentina flameando en la Plaza de Mayo.

Francés de nacimiento, PY trabajaba junto al fotógrafo ENRIQUE LEPAGE y más tarde formaría una sociedad con MAX GLUKSMAN, otro pionero de la cinematografía argentina e importador de filmadoras.

El 23 de octubre de 1900, EUGENIO PY, en la Casa Rosada y con la presencia del presidente JILIO A. ROCA, proyecta por primera vez un film que mostraba la llegada del presidente de Brasil a Buenos Aires en ese año, un rudimentario film que solamente contenía imágenes tomadas durante la llegada del Presidente de Brasil, MANUL FERAZ CAMPOS SALLES, siendo recibido por el Presidente de la Nación, general JULIO ROCA.

El film fue llamado simplemente «»Viaje del doctor Campos Salles a Buenos Aires» y ese fue origen del noticiero televisivo en la República Argentina.

Primera película argentina con argumento (24/05/1908)
El 24 de mayo de 1908 se estrenó «El fusilamiento de Dorrego», la primera película con argumento filmada en el país. Como había sucedido en Europa, desde donde llegó la novedad del cine, las primeras filmaciones criollas habían sido simples documentales y noticieros realizados en las calles.

Y eso fue así, hasta que el músico italiano MARIO GALLO, radicado en Buenos Aires, se decidió a realizar una película con argumento, filmada con escenarios construídos especialmente y actores.

Eligió para ello un tema histórico, como homenaje a la Argentina, su nueva patria, y también, siguiendo una moda que ya se había iniciado en otros países que incursionaban en el arte de la cinematografía.

“El fusilamiento de Dorrego” era en realidad, un cortometraje de alrededor de 12 minutos de duración, que estaba basado en el trágico episodio de la muerte de Dorrego, que el comediógrafo JOSÉ GONZÁLEZ CASTILLO, había convertido en guion cinematográfico.

La película fue también la primera que demandó la actuación de actores profesionales: SALVADOR ROSICH hizo de Dorrego y ELISEO GUTIÉRREZ cumplió el papel del otro protagonista de esta historia, el general Lavalle, acompañados por un grupo de jóvenes de nuestra mejor sociedad. inquietos e interesados en lo distinto.

El lugar donde probablemente se realizó la filmación fue la terraza de un restaurante de aquellos días, llamado «Spiedo» y que estaba ubicado en la calle Corrientes, donde durante muchos años funcionó el restaurante «La Emiliana».

Un vasco llamado JULIÁN AJURÍA aportó el dinero que fue necesario para filmar la película y a partir de allí, se dedicó a distribuír películas mudas que llegaban al país, actividad que le permitió hacer fortuna, diferenciándose así de GALLO, que se fundió, tratando de hacer negocio dedicándose al llamado «séptimo arte».

Aquella primera película es sólo un recuerdo porque todas sus copias se perdieron hace muchos años y probablemente se quemaron, como solía ocurrir con estas viejas cintas de celuloide, que eran muy inflamables.

Se sabe sí de ella, por recuerdos y comentarios de gente contemporánea que la vio cuando la exhibieron en Buenos Aires, como es el caso del cineasta DUCRÓS HICKEN, que alcanzó a verla cuando la proyectaron en el Colegio Nacional Buenos Aires.

«Estaba bien hecha. Llena de coloraciones. Con convicción y emoción patrióticas», ha dicho DUCRÓS HICKEN al respecto, conceptos que fueron refutados por el Director LEOPOLDO TORRE NILSON, que criticó la obra diciendo que «se trataba de un relato incomprensible y mal filmado».

«El público se enteraba de que había un fusilamiento, porque así lo decía el título ya que por lo demás, bien podría ser «La lucha contra la langosta» o el «Sueño de una noche de verano».

Controversias aparte, nadie puede restarle el mérito de haber sido la primera en su género. Con cuidados detalles de uniformes, de vestidos, de armas y de escenarios, el trabajo da resultado: Dorrego muere una vez más y con su muerte, nace la primera película argentina, «El fusilamiento de Dorrego».

Primer largometraje filmado en la Argentina (12/12/1914)
La Sociedad del Divino Rostro necesitaba reunir fondos para realizar sus obras de caridad y entre muchos otros proyectos, decidió apoyar la filmación de una película. Primero había que seleccionar el libro, que tenía que cumplir estas condiciones: ser romántico, argentino y tradicionalista y no pasarse de línea en lo pasional. “Amalia”, la novela histórica de JOSÉ MÁRMOL, fue la elegida. Los actores se reclutaron entre jóvenes aficionados de la alta sociedad porteña.

La dirección y adaptación del libro estuvieron a cargo del crítico y autor teatral Enrique GARCÍA VELLOSO, asesorado por MAX GLUCKSMANN, el gran pionero de la cinematografía argentina , y EUGENIO PY actuó como operador.

La película se filmó en estudios decorados con mobiliario auténtico de época, cuadros, tapices y adornos cedidos por la aristocracia porteña. Había incluso un verdadero clavicordio. La filmación se realizó con una impresionante cámara Pathé y muchas veces debió interrumpirse porque los actores miraban directamente el aparato, a pesar de los consejos del director. También se rodaron exteriores en San Isidro y todo el equipo se trasladaba en largas caravanas de automóviles, llevando también las canastas de pic-nic.

En la escena final del largometraje: la entrada de la mazorca a la casa de la trágica pareja, las cosas se complicaron. Todo debía suceder a media luz y debía filmarse de una sola vez. Pero el director no pudo hacer coincidir bien los tiempos y la gresca de ficción se transformó en confusión total, con golpes y porrazos verdaderos que dejaron a muchos actores fuera del objetivo.

Finalmente, “Amalia” estuvo lista y el 12 de diciembre de 1914 se estrenó en el Teatro Colón, en medio de una brillante reunión social, que contó con la asistencia, como invitados de honor, del presidente de la Nación, el doctor VICTORINO DE LA PLAZA y sus ministros.

La primera película “musical” argentina (27/05/1917)
Protagonizada por Carlos Gardel, el 27 de mayo de 1917, comienza a filmarse “Flor de Durazno”, una película muda donde actúa junto con Razzano, un dúo que en ese entonces, se presentaba con enorme éxito en la sala del teatro “Empire”.

Pero el nombre de Gardel, tenía cada día más brillo propio y en ese mismo año, ya había realizado sus primeras grabaciones fonográficas. La película fue dirigida por el dramaturgo FRANCISCO DEFILIPIS NOVOA sobre una novela de GUSTAVO MARTÍNEZ ZUVIRÍA que firmaba con el seudónimo de HUGO WAST. La filmación duró poco más de un mes y gran parte de ella se realizó en escenarios naturales ubicados en la localidad cordobesa de «Dolores».

Parece que Gardel dudó mucho antes de confirmar su participación en el filme y no era para menos: un hombre que era famoso como cantante popular iba a protagonizar una película sin sonido?.

Para convencerlo, el Director argumentó que su tipo físico era ideal para el personaje central de la película y el ego de Gardel lo traicionó. Viajó entonces a Córdoba pero todavía no se sentía cómodo en su papel de actor y estuvo a punto de abandonar la filmación.

Se dirigió a la Estación para regresar a Buenos Aires y hasta allí lo persiguieron el Director DEFILIPIS NOVOA y los demás actores para convencerlo que regresara, cosa que lograron prometiéndole que en la película aparecería cantando con su guitarra (aunque nadie lo oiría).

La película le sirvió para tomar conciencia de los problemas inherentes al oficio de actor, pero además, para comprender la importancia de la presencia física. Gardel estaba en esos momentos terriblemente excedido de peso y más tarde contaba con humor, las dificultades que debió afrontar cuando, por exigencias del guión, tuvo que montar un burro durante la filmación.

En la realización de esta película, lo acompañaban la primera actriz italiana ILDE PIROVANO y ARGENTINO GÓMEZ, entre otros y aquella primera filmación fue una gran experiencia en muchos sentidos para él. Ilde le enseñó muchas canzonetas que más tarde incluyó en su repertorio y en esas circunstancias conoció también a folcloristas cordobeses que le brindaron material para nuevas canciones.

El 31 de julio, Gardel ya había regresado a Buenos Aires y el dúo Gardel-Razzano, volvió al escenario del teatro “Empire”, para continuar con sus presentaciones (ver Balvanera, un barrio de película)

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