LA VUELTA DE MARTÍN FIERRO (01/03/1879)

El 1º de marzo de 1879, JOSE HERNÁNDEZ publica la segunda parte de su obra «Martín Fierro» con el nombre de «La vuelta de Martín Fierro».

«Atención pido al silencio/ y silencio a la atención/ que voy en esta ocasión/ si me ayuda la memoria/ a mostrarles que a mi historia / le faltaba lo mejor».

Así empieza la segunda parte del Martín Fierro, el poema cuya primera parte, aparecida seis años antes  ya había alcanzado once ediciones.

La gran obra de JOSÉ HERNÁNDEZ, famosa en todo el mundo, es mucho más que una ficción: es el reflejo y el producto de una realidad política y social, de la que su autor fue activo protagonista. No se trata de un poema folclórico, sino de la obra de un intelectual que supo traducir las circunstancias de su tiempo y dar vida literaria a un personaje real: el gaucho.

El escenario es la pampa del siglo XIX, marcada por una frontera difusa, una línea trágica que separó y enfrentó durante siglos a indios y blancos. En esa pampa sin alambrados se movió el gaucho, que alguna vez fue dueño de las distancias y galopaba libremente boleando avestruces y alimentándose del ganado cimarrón.

Pero ese tiempo terminó cuando llegó la «civilización», necesaria, pero cruel e inexorable. El gaucho Martín Fierro quedó en el medio como una víctima sin rescate. En «La ida», primera parte de la obra, Fierro aparece arrastrado por la fatalidad y se rebela contra la persecución. En «La vuelta», se expresa su asimilación a un mundo cambiante.

El poema será siempre actual, por su honda belleza y la sensibilidad con que se dibuja a los personajes. Pero, sobre todo, porque el drama que plantea sigue vigente: ¿es justo que algunos conceden a la marginación y a la muerte a otros seres humanos en nombre del progreso? . ¿Es ése, realmente, el progreso?

El 4 de mayo de 1879, dice un comentario del diario La Prensa: «José Hernández ha escrito un libro ameno, útil y lleno de sabias enseñanzas: «La vuelta de Martín Fierro». En él brilla una filosofía meditada y chispea la inspiración del verdadero poeta. Su poema es una cátedra; Martin Fierro es un apóstol que predica la verdad en el lenguaje humano del paisano» (ver El Martín Fierro de José Hernández).

 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *