LA ARGENTINA Y LA SANTA SEDE RENUEVAN SUS RELACIONES DIPLOMÁTICAS (11/05/1859)

El 11 de mayo de 1859 se restablecen las relaciones diplomáticas de la República Argentina con la Santa Sede, rotas desde enero de 1851.

Contando con la participación activa y eficaz el doctor JUAN BAUTISTA ALBERDI, designado en 1856, por el general URQUIZA, representante de la Confederación Argentina ante varios países europeos, se pone fin a un desagradable episodio creado a fines de enero de 1851.

En esa oportunidad, el Delegado apostólico, monseñor LUIS CONTE BECCI, había solicitado al Vaticano, que se tomara esta medida, ante las reiteradas negativas a recibirlo del entonces Gobernador de Buenos Aires, JUAN MANUEL DE ROSAS.

En setiembre de 1858, JUAN BAUTISTA ALBERDI hizo entrega en el Vaticano, de dos cartas del general URQUIZA, dirigidas al Papa, expresándole sus deseos de superar esta enojosa situación, teniendo en cuenta los cambios que se habían operado en el país (se refería a la desaparición de JUAN MANUEL DE ROSAS del escenario político nacional), pero en su respuesta a ellas, el Sumo Pontífice señalaba las dificultades que aún existían, a su criterio, para restablecer relaciones diplomáticas.

En una comunicación fechada el 7 de enero de 1859, ALBERDI le hace saber a URQUIZA, que en el Consistorio celebrado el 23 de diciembre de 1858, el Santo Padre (Pío IX), dando muestras de un cambio en su posición, había proclamado los obispos para las diócesis de Córdoba, Salta y San Juan.

Asimismo, informaba que el doctor DEL CAMPILLO, Ministro representante argentino ante el gobierno de Roma, pasaría en esos días a su destino, aportando una nueva circunstancia para ser tenida en cuenta como positiva, para lograr el objetivo buscado.

Todos estos hechos fueron allanando las dificultades aludidas por el Sumo Pontífice, creándose un ambiente propicio para el restablecimiento formal del vínculo diplomático, el que se concretó en oportunidad de asumir su cargo el nuevo Delegado apostólico de la Santa Sede, ante del gobierno de la República y Confederación Argentina, monseñor MARINO MARINI, el 11 de mayo de 1859.

Estas relaciones, no se vieron afectadas luego por las diferencias entre la Confederación y el Estado de Buenos Aires, ni por los hechos que en otras oportunidades, privaron a la Santa Sede de su dominio temporal sobre estas tierras y el Centenario de esta reconciliación del Estao Argentino con la Santa Sede, fue recordado en el Vaticano como un «grato suceso» y motivo de una transmisión radiofónica especial.

El presidente de la República Argentina en esos días, el doctor ARTURO FRONDIZI envió una carta al Sumo Pontífice, Juan XXIII, cuyo texto, se dio a conocer al público el 5 de junio de 1959, por medio de la prensa, dice:

«El fausto acontecimiento de la formalización de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Estado argentino, cuyo primer centenario estamos conmemorando, es ocasión propicia para presentaros el testimonio del júbilo con que el pueblo y gobierno argentinos se asocian a ese recuerdo».

«Hemos decidido adherirnos oficialmente a los actos celebratorios por reconocer la trascendencia espiritual y los incontables beneficios que de esa vinculación han surgido para la Nación y por estimar que de esa manera, exteriorizamos la unión irrenunciable que ella quiere mantener en un mundo cristiano y como país de profunda y fértil raigambre católica».

«Es nuestro deseo, como gobernantes y como argentinos, que esta unión de la República con la sede del Vicario de Cristo, se perfeccione aún más, si ello es posible. Al hacer presente a vuestra santidad este homenaje de afecto y de respeto, solicito para todos los argentinos la bendición apostólica como segura garantía de unión, de paz y de progreso» (ver Argentina y la Iglesia Católica, una relación conflictiva)

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