JEJÉN

Entre las muy variadas “sabandijas” que pueblan el campo argentino, el “jején” ocupa con el “tábano”, la vinchuca y otros hematófagos, un lugar de privilegio por las molestias que ocasiona.

Es una especie de mosquito muy diminuto que prolifera en las regiones húmedas y cálidas, que se reproduce en forma fabulosa, y que en algunas horas del día, sumando miríadas y miríadas vuelan a cierta altura por sobre el nivel del suelo, llegando  a oscurecer el aire.

Su picadura es desagradable y muy molesta: es un suave escozor al principio, que aumenta poco a poco de intensidad,  llegando a convertirse en una verdadera tortura, más si son los ojos, las narinas o los labios, las zonas del cuerpo por donde ha andado.

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