EUROPA SUEÑA CON EL TESORO DE LOS CÉSARES (30/12/1527)

Desde el comienzo de la conquista del nuevo mundo por los europeos (españoles, portugueses, ingleses, holandeses), buscaron afanosamente los fabulosos tesoros que creían se hallaban en estas tierras.

Los relatos que referían la existencia de inmensas riquezas y pueblos altamente civilizados en estas tierras, alentados por los afiebrados testimonios de crédulos y ambiciosos navegantes y expedicionarios que regresaban al viejo continente, encendieron la imaginación de monarcas, mercaderes y aventureros, que buscaron por todos los medios a su alcance, hacerse de ellos.

Pero a partir del fantasioso relato del capitán FRANCISCO CÉSAR, a cargo de uno de los grupos destacados por GABOTO desde el «Fuerte Sancti Spíritus», para que siguiendo el curso del Río Tercero llegara a la sierra de los «Comechingones», esta fantástica leyenda cobró dimensiones insospechadas-

Al testimoniar el capitán César sobre la existencia de «La ciudad encantada de los Césares», también llamada «Trapalanda», se presume que esta expedición había llegado a los confines del Perú Inca, donde sí existían riquezas y pueblos sorprendentes a la vista de un europeo (ver Trapalanda).

La leyenda, ahora potenciada por el relato magnificado de alguien que decía haberla visto, pronto llegó a España, exagerada por quienes regresaban de las nuevas tierras y también llegó hasta otros puertos europeos, afiebrando la imaginación de los poseedores del «secreto», como en épocas anteriores, MARCO POLO había fascinado con sus cuentos de esplendor oriental.

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