EL TANGO. SU ORIGEN? (1836)

El Tango es un baile de pareja que a mediados del siglo XIX, se bailaba en los ambientes bajos de Buenos Aires, como un baile de pareja enlazada, con figuras o cortes, generalmente a cargo de hombres, que luego comenzó a ser bailado con mujeres.

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Su estructura es muy variada: musicalmente, puede tener 2 o 3 pares de 16 compases cada uno, por lo general en modo mayor o menor, o alternando uno y otro. Su carácter más saliente es el compás: un 2 por 4 peculiarmente acentuado, que viene a ser a menudo un 1por 4. Su letra, admite igualmente todos los temas, estilos, formas y metros, aunque resalta preferentemente, el empleo del habla vulgar porteña y del lunfardo.

Recluído en un principio en las pistas de arena de los Mataderos del Sud (de la Convalecencia o del Alto), poco a poco se acercó al centro de la ciudad. No tiene una carta de ciudadanía propiamente dicha. Una guitarra, un violín, una flauta y un emigrante alemán que se acopló: el bandoneón. Esta es la orquesta que acompaña «un baile endiablado, sensual y primitivo». Los comentarios son duros: tal vez temen que se acerque demasiado a las «clases altas».

A veces le permiten salir a algún escenario «no muy bien visto» y se comenta que fue allá por 1841 que aparece ante el gran público, aunque con reminiscencias de baile español, entremezclado con la música de JULIÁN JIMÉNEZ, una zarzuela local estrenada este año. Pero para verlo desnudo era necesario correrse hasta las romerías de Barracas al Norte, donde el más solicitado es ”Dame la lata”, cuyo autor era un flautista casi desconocido llamado JUAN PÉREZ. Sentada, ocho, quebrada, media luna, corrida… Cosa de nunca acabar.

Pese a su juventud, ya conoce divisiones: en Uruguay tiene un ritmo más apurado y lo llaman “milonga o milongón. El tiempo lo va puliendo, dándole personalidad. Lo viste de compadrito, de mayoral de tranvía, de inmigrante. Cada paso es una nueva forma de aceptación. Tal vez todavía no tenga ni veinte años y ya hay quien quiere vestirlo de frac y llevarlo a los salones de la alta sociedad. ¿Lo dejarán pasar?.

Tuvo su  auge durante el período comprendido entra las dos grandes guerras mundiales del siglo XX (1914 y 1939), a partir de cuando Francia lo puso de moda poco antes de la primera guerra mundial y, con ese sello internacional, entró en el repertorio de los bailes de salón y de las canciones populares. Su modalidad actual la adquirió a principios  del siglo XX, al entrar en el ambiente popular de los salones de baile porteños

El extraordinario éxito inicial que tuvo en la Argentina,  comenzó a decaer en el cuarto decenio del siglo XX, pero a mediados de éste,  empezó a recomponerse nuevamente y hoy su música y sus cultores suenan y brillan en todos los salones de baile y escenarios del mundo (ver Tangos famosos y sus protagonistas).

Pero cuál es su origen?
Sus orígenes son inciertos. Con el tango andaluz, baile flamenco de mujer sola con profusos taconeos, no tiene de común sino el nombre y el compás; más bien parece entroncarse con la “habanera”- y la “milonga”, canciones que no se sabe cómo empezaron a bailarse en la época y los ambientes señalados.

La versión más creíble nos recuerda aquel «Cum-tangó, caram-cum-tan- gó. Cum-tangó, caram-cum-tan-gó,  aquellas voces que acompañadas con golpes de tambor, los negros llamaban «tan-gó». Eran parte de un candombe que fue muriendo, pero casi agónico, junto a fragmentos de habaneras, resucitó en una música fuerte y melancólica: el tango.

Primer Tango grabado.
El 1º de marzo de 1926, la inolvidable cantante ROSITA QUIROGA grabó el primer registro fono eléctrico (disco), en la Argentina, abriendo una nueva etapa en la historia de la música porteña.

Se trataba de «La musa mistonga» y en ella, con su voz extraña y excepcional, Rosita cantaba a la musa de los arrabales «Que ignora la gloria/ de un día divino/ bajo la fragante/ fronda de Versalles».

Vocabulario tanguero
Amurar. Acercarse, acoquinarse
Amuraste. Te acercaste
Araca. Ojo, alerta, cuidado !!
Atorrante. Vago
Bacán. Elegante, hombre adinerado de buena posición
Botón. Vigilante, agente de policía. También soplón
Bulín. Departamento, alojamiento, vivienda del reo
Cabrearse. Enojarse
Cachafaz. Caradura
Cafetín. Café, Bar de poca monta.
Cafishio. Gigoló, que vive de las mujeres
Cambalache. Revoltijo. Montón de cosas sin relación entre si
Cana. Policía, vigilante
Canchero. Sobrador, autosuficiente, experto
Catrera. Cama
Chabón. Torpe, perdedor
Chamuyo. Conversación coloquial. Cuento del Tío
Chitrulo. Tonto, pavote, gil
Compadrito. Soberbio, engrupido, provocador, jactancioso, pendenciero.
Cortada. Final de una calle que choca contra con edificios.
Cotorro. Sinónimo de Bulín. Departamento, vivienda del reo
Cusifay. Persona, sujeto, individuo
Esbirria. Borrachera
Firulete. Vueltas innecesarias. Exceso
Fondín. Fonda, restorán ordinario
Fuelle. Bandoneón, acordeón. También pulmones.
Gigoló. Cafishio. Explotador sexual.
Gringo. Cualquier extranjero
Guapo. Corajudo, valiente. También buen mozo, agraciado.
Junar. Mirar. Relojear sin ser visto. Conocer
Laburo, laburar. Trabajo. Trabajar
Malandra. Mal viviente, delincuente
Mamúa. Borrachera
Mangos. Pesos, dinero
Mareados. Borrachos
Milonga. Baile. Cosa complicada.
Mistongo. Ordinario, de poco valor.
Morfar. Comer
Papusa. Mujer hermosa
Pebeta. Muchacha agraciada
Percanta. Compañera fiel del hombre
Peringundín. Lugar de baile para gente de los arrabales
Piantao. Loco, que desvaría
Pibe. Niño
Pilcha. Ropa
Pucho. La parte final del cigarrillo que se ha fumado
Purrete. Niño
Qilombo. Revoltijo, desorden, reunión ruidosa
Relojear. Mirar, observar
Shusheta. Elegante, petimetre
Sofaifa. Cualquier mujer o individuo
Soplón. El que denuncia algo o a alguien. Que es incapaz de guardar un secreto.
Sotreta. Cobarde, resabiado.
Tamangos. Zapatos
Taura. Valiente, corajudo. Que se banca cualquier peligro
Tilingo. Tonto, estúpido, idiota.

Fuentes. Libro del tango: arte popular de Buenos Aires”. Horacio Ferrer, Buenos Aires, 1980; “Crónica Argentina”. Ed Codex S.A., Buenos Aires, 1979; “Buenos Aires, historia de cuatro siglos”, José Luis Romero y Luis Alberto Romero, Editorial Abril, Buenos Aires, 1983; “Tango aborigen”. Alberto González Arzac, Buenos Aires, 2007; “Tango”. Manuel Hidalgo Huerta, Ed. Biblioteca Nueva, Buenos Aires, 2001; “Historia del Tango”. Varios autores; Ed. Corregidor, Buenos Aires, 2011; “El Tango, desde el umbral hacia dentro”. Rafael Flores, Revista Todo es Historia Tomo 62.

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