BATALLA DE JUNÍN (06/08/1824)

La Batalla de Junín fue librada en la Pampa de ese mismo nombre, entre el ejército patriota, en operaciones en el Perú, compuesto por 10.000 hombres, al mando del general SIMÓN BOLÍVAR y fuerzas realistas que con cerca de 8.000 hombres, al mando del general JOSÉ CANTERAC se oponían a su avance.

La acción se caracterizó por haberse desarrollado exclusivamente a lanza y sable, sin que se disparase un solo tiro y fue el prolegómeno a la victoria final sobre los realistas asentados en el Perú. Puesto Canterac al frente de la caballería realista, al principio logró arrollar a las fuerzas de Bolívar, que se pusieron en precipitada retirada con seis principales jefes a la. cabeza.

Fue entonces, que el general argentino MARIANO NECOCHEA, batiéndose como un león, logró detener el avance del ala derecha del enemigo, mientras el teniente coronel argentino MANUEL ISIDRO SUÁREZ, que mandaba un regimiento de húsares peruano, hacía lo mismo en el sector que se le asignara. Las cargas de los españoles eran terribles. Ambos ejércitos ganaban y perdían terreno alternadamente, hasta que los combatientes de ambos bandos se entreveraron, combatiendo cada soldado por su cuenta.

En un momento de la lucha, el general Necochea, cayó bañado en sangre y cubierto de terribles heridas, dándoselo por muerto. El general Bolívar, creyendo que todo estaba perdido, se retiró del campo de combate, trasladándose hacia la retaguardia a más de una legua de este escenario.

Sin embargo, un milagro se produjo y transformó la situación, pasando a ser dominada por los americanos. Sin que hubiere razón que lo justificara, los españoles comenzaron a ceder ante el empuje incontenible y el valor increíble del teniente coronel Suárez y su Escuadrón Húsares del Perú, quien tuvo la inspiración táctica de ordenar tocar a degüello a los clarines de su Regimiento, atacando violentamente a la caballería española.

Entonces comenzó una nueva lucha, «la más sangrienta y atroz que pueda imaginarse», como dice el Álbum de Ayacucho, agregando : «esta sola falange de héroes sostuvo el combate con tal furia, decisión y arrojo contra la caballería enemiga, que a bandadas se precipitó sobre ella, que permitió a los cuerpos de Colombia volver a reunirse».

Dice DARDO ROCHA en su trabajo «Batalla de Junín», publicado en 1862, que después de la batalla el general Simón Bolívar, rodeado de su Estado Mayor, dijo: «Ved aquí, señores, que cuando la historia describa la batalla dé Junín atribuirá la victoria, a la audacia y valor de este joven coronel», señalando a Manuel Isidoro Suárez.

Como una consecuencia inmediata de la batalla dé Junín, las antiguas provincias del Alto Perú se declararon independientes de todo poder extranjero, europeo o americano. Si bien el jefe de las fuerzas patriotas en aquel gran combate no era ya el general SAN MARTÍN, puede decirse que fue suya también esta victoria, porque fue su ejército, fueron sus jefes y oficiales, recientemente puestos bajo el mando del general Bolívar, los que decidieron cl éxito. La república de Bolivia nació a la vida política independiente y a pesar de todas las alternativas sangrientas de su historia, se reabrió en ella un progreso real y sólido, no sólo en el sentido de su cultura interna, sino de su prosperidad material (ver Batallas y combates. Guerra de la Independencia argentina).

3 Comentarios

  1. Patricio Fuentes León

    dónde puedo encontrar la lista de revista ordenada por el Libertador Bolívar el 02.08.1824?
    Gracias anticipadas.

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  2. Jose

    Un relato de pura mentira. Los argentinos habían huído y se pasaron al bando realista. Para 1824 solo un escuadrón es decir de 90 a 100 argentino pidieron ingresar al ejército del Perú a título personal y en la batalla de Junín huyeron junto con los colombianos. Esa es la verdad.

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    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      José: Nosotros hemos subido lo relatado en diversas fuentes que hemos consultado, como figura en nuestro texto.Le agradeceré me haga saber la fuente de la cual Usted ha sacado la información que me envió. Me gustaría, disponer de ella para corregir lo que sea necesario corregir. La realidad es la única verdad y es esa verdad, la que debemos buscar para honrar a nuestro pasado. Tanto su versión como la nuestra es producto de la imaginación, intereses o pertenencia de quien la escribió y está en nosotros, cotejar, analizar, depurar todas las referencias que tengamos acerca de un mismo hecho, circunstancia o personaje, para quizás, si hacemos las cosas sin pasionismos encontremos la verdad.

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