ATAQUE A LOS TOLDOS DEL CACIQUE PINCÉN (12/11/1877

El coronel CONRADO VILLEGAS, en marcha hacia el desierto para tratar de recuperar un gran rodeo de animales que llevaba gente del cacique PINCÉN, luego de asaltar un establecimiento de Trenque Lauquen, ataca los toldos mapuches y logra recuperar la hacienda.

El 8 de noviembre de 1877, la guarnición de Trenque Lauquen fue despertado a las dos de la madrugada y luego de carnear para aprovisionarse de la carne necesaria para tres días, 200 hombres del 3 de caballería, al mando del coronel CONRADO VILLEGAS, salieron a las 18 horas de ese día, Franquearon la «zanja de Alsina» y rumbearon hacia los dominios del cacique Pincén (ver La zanja de Alsina).

Cerrada la noche, se prohibió fumar y hablar en voz alta. Se ordenó trabar las anillas de los sables para evitar ruidos y se recomendó que, en cuanto fuera posible, se tratara de controlar el relincho de los caballos, dándoles un seco tirón de las riendas o picándolos con las espuelas.

Al aclarar, la columna llegó a Saliqueló, donde acampó, sin encender fuegos y disponiendo un cordón de centinelas que echados sobre los médanos, debían estar muy atentos, sin dejarse ver.

Al anochecer se reanudó la marcha que continuó durante las noches del 10 y 11 de noviembre, haciendo alto a media legua de «Loncomay», distante 25 kilómetros de de «Mallal», lugar donde se estimaba que se hallaba el cacique Pincén con sus guerreros.

Siguiendo las indicaciones de PANCHO CUEVAS, el único indígena que habitaba esa región, que se ofreció para oficiar de baquiano, la columna reemprendió la marcha, pero pronto se encontró atrapada en un pantano del que resultó muy difícil salir. El astuto indio, para salvar a los suyos, los había llevado a una trampa, lo que le costó la vida.

Habiendo logrado superar este trance, la columna prosiguió la marcha, ahora sin muchas esperanzas de sorprender a Pincén, pero sorpresivamente, ante sus ojos, el coronel VILLEGAS tuvo lo que buscaba y de inmediato ordenó el ataque. A las 11 horas del 12 de noviembre el combate había terminado. 3.000 caballos, 200 vacas y 5.000 ovejas fueron recuperadas. Quedaron 92 indígenas muertos y se hicieron 300 prisioneros.

Después de la lucha, el descanso de la gente de VILLEGAS, fue interrumpido por la sorpresiva presencia de 2.000 indígenas que al mando del cacique NAHUEL PAYÚN, volvían para tomarse revancha de la derrota sufrida horas antes. De inmediato se formó «cuadro», encerrando en él a los prisioneros y al ganado recuperado y quedaron preparados para la defensa.

PAYÚN, comprendiendo que un contundente ataque con todas sus fuerzas, a uno solo de los lados del «cuadro» formado por los soldados, le permitiría romperlo  e irrumpir en su interior para rescatar a sus guerreros y dispersar el ganado, se lanzó con toda su indiada con ese objetivo.

Pero no contaba con la astucia del coronel VILLEGAS. Viendo venirse el malón, le ordenó al capitán MOROSINI que al mando de un destacamento de 50 hombres, saliera por el lado opuesto del ataque y cargara sobre el flanco a los indígenas, abriéndoles un inesperado frente de combate, que debilitaría su empuje.

Y así fue. los hombres de MOROSINI, sable en mano y transformados en seres salidos del infierno, pronto doblegaron a los guerreros de PAYÚN, que se vieron obligados a retirarse, dejando en el campo a numerosos de sus guerreros (ver El cacique PINCÉN cae prisionero)

2 Comentarios

  1. gaston chiaradia

    el tigre Villegas un señor uno de las personas mas grosas de la argentina junto a san martin y Favaloro entre otros….este si q hizo patria no roca q diezmo a los indios cuando ya estaban prácticamente indefensos y encima se quedo con las tierras….

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  2. Anónimo

    Viva pincen,payun, Namuncurá, catriel y tantos caciques más!!

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