ALVEAR ENCABEZA UNA ASONADA (25/04/1820)

El general CARLOS MARÍA DE ALVEAR, deseoso de ocupar de nuevo el poder, que había perdido en 1815, encabeza una asonada que se pone en marcha el 25 de abril de 1820.

A esos efectos, a las diez de la noche de ese día, desembarcó en el puerto de Buenos Aires (venía desde Montevideo donde se había retirado para buscar el apoyo de Artigas), con la intención de apoderarse militarmente de la ciudad.

Rápidamente se reunió en la plaza del Retiro con un grupo de 43 jefes y oficiales partidarios suyos, que le aguardaban armados y se presentó nuevamente en el cuartel del Regimiento de «Aguerridos», cuyo segundo jefe, el comandante ANACLETO MARTÍNEZ, se puso a sus órdenes.

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Alvear, se hizo proclamar Comandante General de Armas y dispuso que se encarcelara al general MIGUEL E. SOLER, que desempeñaba ese cargo. Pese a haber logrado éste su primer objetivo, casi sin disparar un solo tiro y contando con el inesperado apoyo del Comandante Martínez, en vez de aprovechar el tiempo y apoderarse militarmente de la ciudad, permaneció haciendo planes toda la noche en el cuartel.

A la mañana siguiente, el pueblo, enterado de este hecho se concentró en la plaza y los cuerpos cívicos puestos en armas, se mostraron dispuestos a sostener a las autoridades constituidas y a combatir a todo trance a Alvear y a sus amigos. Alvear, considerándose perdido y frustrados sus objetivos, abandonó la ciudad en la mañana del 27, acompañado por los jefes y oficiales adictos, que le permanecieron fieles hasta el último instante.

Con ellos fue a refugiarse entre los caudillos Ramírez y López. El 28, ya restablecido el orden, el gobernador SARRATEA, declaró fuera de la Ley, a ALVEAR y a sus cómplices por la intentona revolucionaria. La actitud resuelta del pueblo de Buenos Aires evitó los muchos y graves males que de seguro hubieran sobrevenido si el movimiento revolucionario iniciado por Alvear, hubiera prosperado (ver Alvear, Carlos María de).

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