LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ESCRITORES (08/11/1928)

La SADE (Sociedad Argentina de Escritores) se fundó el 8 de noviembre de 1928, pero no fue éste, el primer intento de crear una sociedad de escritores.

Los antecedentes se remontan a 1821, cuando ESTEBAN DE LUCA con JULIÁN DE AGÜERO, crearon la Sociedad Literaria.

En 1837 funcionó el Salón Literario de MARCOS SASTRE, que convocó a un grupo de intelectuales preocupados por la política y la cultura, del que formaron parte ESTEBAN ECHEVERRÍA, JUAN BAUTISTA ALBERDI Y JUAN MARÍA GUTIÉRREZ.

Hacia 1907 el escritor ROBERTO J. PAYRÓ intentó sin éxito crear una sociedad de escritores y en 1925 BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO fue el primer presidente de una «Sociedad de Escritores» que apenas dio señales de vida. La iniciativa de creación de la SADE fue idea de LEOPOLDO LUGONES y tomó forma durante la Primera Exposición del Libro que se realizó en el Teatro Cervantes.

Entre los fines de la Sociedad figuraban: fomentar, prestigiar y difundir las letras en la República Argentina; representar, administrar y defender los intereses materiales de los asociados y propender a que todo trabajo literario o intelectual que se publicara fuera remunerado.

La primera comisión directiva de la SADE reunió los nombres más ilustres de las letras de aquella época: el presidente era LEOPOLDO LUGONES, vicepresidente: HORACIO QUIROGA, secretario: SAMUEL GLUSBERG y entre los vocales figuraban: JORGE LUIS BORGES, LEONIDAS BARLETTA, B. FERNÁNDEZ MORENO, ALBERTO GERCHUNOFF, EZEQUIEL MARTÍNEZ ESTRADA y RICARDO ROJAS.

La SADE funcionó en la Casa del Teatro hasta 1940, cuando se compró una vieja casona en México 524, que lentamente se fue deteriorando, hasta que en 1970 fue necesario cerrarla por peligro de derrumbe.

Desde ese momento funcionó en Uruguay al 1300. La SADE es una institución cuestionada desde sus orígenes, y su validez y utilidad han sido puestos en duda más de una vez. Se la acusó de no representar los intereses de los escritores y de escasa relevancia en la vida cultural del país. Por estas razones, muchos nombres célebres de las letras argentinas jamás formaron parte de la institución.

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